Cafeteras: tipos y características

La cafetera italiana o “moka” es posiblemente la primera cafetera que nos viene a la mente cuando pensamos en café tradicional. El café que conseguimos con este tipo de cafeteras es intenso y con cuerpo, siempre dependiendo de la proporción de café y de agua que usemos en la preparación.

La principal ventaja de este tipo de cafeteras es su simplicidad, tan sólo se compone de cuatro partes, base, junta, filtro y cuerpo, y la única pieza que hay que reemplazar al cabo del tiempo es la junta, que sella la unión entre la base y el cuerpo.

La cafetera francesa es uno de los tipos de cafeteras mas simples que podemos encontrar para hacer café en casa. Se trata de una jarra cilíndrica de cristal y una tapa con pistón y filtro en la parte inferior. Para hacer el café se introduce el café molido dentro de la jarra, se le añade agua caliente y se espera unos minutos. Cuando el café ya esté listo se aprieta el pistón de la tapa que baja el filtro y separa las partes sólidas del café del líquido.

Con la cafetera francesa obtenemos un café más aromático y no tan intenso, puesto que no trabaja a alta presión como la cafetera italiana.

Las principales ventajas de las cafeteras francesas son que permiten hacer una gran cantidad de café a la vez, y que puede servir también para preparar té.

La cafetera napolitana o cuccuma es otro tipo de cafetera que, aunque puede parecerse a la italiana, funciona por un mecanismo totalmente distinto.

La cuccuma se compone de dos jarras que se unen una encima de la otra dejando el café en el medio. Se pone al fuego bajo con agua en la parte inferior y, en cuanto empieza a salir vapor se apaga el fuego y se le da la vuelta a la cafetera, de esta manera el agua caliente empieza a gotear a través del café.

La cafetera napolitana genera un café más ligero ya que no emplea el vapor a presión para extraer el aroma del café.

La cafetera belga, también conocida como cafetera de balancín, es casi más un elemento decorativo que una cafetera.

Su funcionamiento es algo más complejo que en el resto de cafeteras que hemos visto.

Una lámpara de aceite calienta el depósito de agua, el cual al evaporarse se transporta a un recipiente, donde hemos colocado el café molido, y se condensa.
El depósito de agua se va elevando a medida que pierde el peso del agua y llegado un punto se libera una tapa que cubre la llama y la apaga, de esta manera el depósito se empieza a enfriar, por lo que el aire en su interior se comprime y absorbe el agua, ya infusionada con café, del otro depósito. Al tener un filtro en la conexión entre un depósito y otro, el café queda filtrado y listo para servir.

El café final, después de tanto artificio, es un café como el de la cafetera francesa, infusionado y filtrado, pero el proceso es mucho más decorativo y visual.

Las cafeteras de cápsulas se pusieron de moda hace unos pocos años por la comodidad y rapidez que presentan a la hora de hacer café. Tan solo tienes que encender la cafetera, introducir la cápsula y activar la cafetera.

Existen modelos avanzados que incluso pueden identificar el tipo de cápsula introducida y ajustar la cantidad de agua para tener un café perfecto.

Como hemos dicho, son las cafeteras mas cómodas a la hora de preparar un café, pero tienen dos inconvenientes.

El primero son los residuos, las cápsulas son de un solo uso y muy difíciles de reciclar, por lo que estas cafeteras generan una cantidad enorme de basura.

El segundo inconveniente es que son monodosis, es decir, los cafés se preparan de uno en uno, y si tienes invitados en casa y quieres preparar café para varios, vas a tardar un buen rato.

En cuanto a la calidad del café, depende de la propia cafetera pero por lo general es un café de muy alta calidad, se produce al igual que en las cafeteras expresso, por presión y temperatura, por lo que se extrae todo el aroma del café.

Las cafeteras espresso proporcionan la experiencia más próxima a un auténtico café de barista. Se preparan como las cafeteras de los bares, poniendo el café molido en el filtro y aprentándolo bien. La cafetera hará pasar el agua a alta presión y temperatura a través del café y extraerá todo el aroma del mismo, dejándolo caer en una o dos tazas a la vez.

La ventaja de este tipo de cafeteras es la calidad del café resultante, que no genera residuos más allá del propio poso del café y que es muy rápida, no hay que esperar a que hierva el agua.

El principal inconveniente es que, al igual que en las cafeteras de cápsulas, los cafés se preparan de uno en uno o de dos en dos, pero para hacer una gran cantidad de café no son adecuadas.

Las cafeteras super automáticas podríamos calificarlas como un subconjunto de las cafeteras espresso. Estas cafeteras funcionan al igual que las máquinas espresso pero además muelen el café automáticamente. Son más caras pero tienes una experiencia completa, ya que el café que utilizan está molido al momento.

Estas cafeteras son rápidas, producen un café con todo el aroma posible de los granos recién molidos y no producen residuos, solo tienen dos inconvenientes.

El primero es otra vez que son monodosis, y el segundo es que son máquinas muy complejas que, al cabo de determinado número de cafés, pueden estropearse.

Las cafeteras de goteo son las cafeteras eléctricas más simples de todas, simplemente calientan agua y lo dejan filtrarse poco a poco sobre el café molido. No usan presión para producir el café, por lo que el café no es el más aromático ni intenso pero es más que suficiente para el día a día.

Como principales ventajas que presentan es que se puede preparar una gran cantidad de café de una sentada, y que son más baratas que el resto de cafeteras eléctricas.